Al día siguiente desperté feliz,
mas por el medallón que por el beso, el beso me seguía poniendo confusa así que
decidí dejar ir el tema, eso no tenia por que arruinar mi amistad con Max.
Escucho a mi mama abrir la puerta despacio
para ver y cuando descubre que ya estoy despierta y cambiada la abre por
completo y se acerca sentándose en la cama.
-¿por que tan contenta?- me dice de forma rara
como extrañada.
-¿Por qué?_ le digo simulando que
no pasa nada.
-mira tú cara llena del alegría tus ojos con
tanto brillo, ya dime lo que sucedió- me ruega no me resistí y le empecé a
platicar lo que sucedió y le enseñe el hermoso medallón.
De repente recordé que hora en la
tarde partiríamos al distrito cuatro y yo no estaba preparada.
-mamá se me olvidó no hice mí maleta voy a ir
a hacerla- dije y mí mamá asintió.
Subí a mí cuarto, agarre mí
maleta y le metí un par de vestidos sencillos, pantalones un traje de baño,
sandalias, shorts y una que otra falda, decidí no llevar pantalones pues tome
en cuenta el calor que puede llegar a hacer allá.
Ya acabada mí maleta me acosté en
la cama a pensar en el beso y por que lo hizo me la pase toda la tarde
pensando, o gran parte de ella porque me quede dormida hasta que Jared entro en
mi cuarto y me despertó.
-dormilona ya nos vamos- informo
moviendo ligeramente mi hombro
- a... que?_ dije un poco desconcertada.
-a poco todavía sigues idiotizada del beso que
te dio Max- me dijo en un tono burlón, “¿Quién le dijo?”.
-¿quien te dijo?- le pregunte confundida pues
ni a mi madre le había contado.
-nadie, yo lo sospechaba y acabas del
confirmar mis sospechas- dijo en tono sabio, ya me las pagara.
- bueno, ¿vamos?- le dije con esperanza de
cambiar el tema, lo cual gracias a dios funciono y es que a el no se le
escapaba ni una.
Me pare para tomar mi maleta y
fue muy tarde pues ya no estaba, seguro Jared la había bajado mientras estaba
dormida así que me resigne y camine atrás de Jared por las escaleras. Jared
media como quince centímetro mas que yo y era irónico por que mi hermano menor parecía
mayor que yo, pues el era mas como papá, incluso tenían el mismo cabello, excepto
que el tenia los ojos de mamá, en cambio yo era de complexión mas baja y menuda
como mama, pero yo tenia la piel un poco mas clara y los ojos de papá.
Cuando llegamos a la estación de
trenes subimos a muestro tren correspondiente y nos ponemos en marcha a nuestro
destino, mejor dicho el distrito cuatro. La verdad ya había pasado mucho tiempo
desde la ultimas vez que fui, recuerdo que Finn y yo éramos aun unos niños, al
igual que Inés, la conocí hace mucho en uno de nuestros viajes a el distrito
cuatro, Inés era nieta de Mags que participó en el vasallaje de los 25 con mis
padres. Ella y Finnick no son nada pero sin embargo se dicen primos Finnick hace
mucho que no le veo, recuerdo que tenia unas adorables pecas en las mejillas,
era un niño muy tierno, aun que a pasado el tiempo y hace mucho que no le veo, ¿se
parecerá a su papá?, nunca conocí a su padre, pero como mamá si y como ella lo
describe es que era realmente apuesto, bueno sea como sea estaré muy contenta
de verlo nuevo, bueno de verlos tanto a Finnick como a Inés y como a Annie con
sus hermosos ojos verde acua, recuerdo que siempre me gustaron sus ojos y los
de Finn, pues tenia un color similar y embelesador...
-Astrid ya llegamos- la voz de mi
mamá me saca de mis pensamientos, me giro rápidamente y alcanzo a divisar a Inés
y Annie que portan una y muy bella sonrisa, intento buscar a Finn, pero el tren
para muy de repente haciéndome imposible enfocar la vista, asi que me resigno y
espero a que el tren pare por completo.
Intento parecer relajada aun que
la verdad es que muero de ganas por verlos a todos, me emociona la idea de
recordar y revivir grandes momentos que viví aquí en el distrito cuatro.
Se abren las compuertas y el mar
inunda mis pulmones con su hermoso y magnifico aroma, la brisa estalla contra
mi cara.
Sin pensármelo dos veces tomo mi
maleta salgo por la primer compuerta, luego por la otra y bajo el primer escalón,
me detengo, sierro los ojos y inhaló profundamente, exhalo lento y continuo mi
camino por la salida, esta vez no me detendría hasta salir de aquí y poder
sentir el hogareño calor que emanaba en este lugar…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario